Para mi equipo de trabajo este representa el final de la semana 3 de ministerio en Mongolia , pero para es mi semana 1. Y asi contaremos.
La semana pasada termine mi historia antes de mi viaje en tren. Es importante entender que el tren de 12 horas que tome, implico dormir en un cuarto de aproximadamente 2 mts x 2 mts, con 4 “camas” o literas y compartiendo en la litera inferior con la misionera que me acompanaba en este “interesante” trayecto y dos desconocidos: una senora de aproximadamente 70 anios y un senor tal vez rondando los 40 que ocupaba toda la anchura y longitud de su camarote y un poco mas.
Todos nos preparamos para dormir y alrededor de las 3 AM senti la necesidad de ir al bano. Al regresar a la habitacion y tratar de treparme al camarote superior senti un brazo fuerte que me “asistio” de un tiron a subir a mi cama, desde el otro lado.
Trate de darle las gracias al individuo y volver a dormir. Sin embargo, a partir de ahi senti una presencia misteriosa. Al tornarme al otro lado pude ver como mi companero de viaje extendia su brazo para alcanzarme como si tratara de abrazar a un peluche (yo), a traves de espacio abierto que nos separaba entre las dos literas. Obviamente entre intercediendo y como buena dominicana defensiva nada mas pensaba “hay si me topa te corto la mano! hum!”.
Despues de dos o tres horas de vigilia, alrededor de las 6 AM pude conciliar el sueno y confiar que Dios me protegeria (y al individuo) hasta llegar a Erdenet a las 8:00 AM.
Finalmente me reuni con mi equipo y tengo en mi coleccion de anecdotas una interesante anecdota mas.
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